Para mi sorpresa, dos de los métodos que he seguido por mucho tiempo: el ajedrez solitario y el entrenase en partidas con tiempo limitado usando la computadora, los considera el croata como los mejores en su valor didáctico.
Los ajedrecistas hoy en día tienen un problema interesante para poder mejorar: hay tal cantidad de información disponible que resulta muy difícil saber cuál es la que debemos usar. Hay libros (en papel y en frmato electrónico a granel), videos de muchísimos jugadores fuertes (y no tan fuertes), que abarcan todos los posibles niveles de los aficionados. Hay maestros que ofrecen cursos de paga e incluso sitios especializados en la red donde se puede jugar al ajedrez 24 horas, tomar lecciones y hacerse incluso de un entrenador personal. Y entonces la pregunta sigue sin responderse, ¿Cuál es el mejor método para mejorar en ajedrez?
Hay un autor, Davorin Kuljasevic, Gran maestro y el número 423 del mundo actualmente, que ha escrito algunas obras interesantes que atacan este tema. Una de sus obras más exitosas es “How to Study Chess on Your Own”, en donde habla de los métodos que él considera mejores para estudiar el juego ciencia. Kuljasevic hace, en el desarrollo de su libro, una tabla en donde pone los diferentes métodos y su evaluación sobre qué tan buenos son los mismos en términos didácticos y de aprendizaje. Para mi sorpresa, dos de los métodos que he seguido por mucho tiempo: el ajedrez solitario y el entrenase en partidas con tiempo limitado usando la computadora, los considera el croata como los mejores en su valor didáctico. Sin embargo, hay uno que quizás es el mejor de todos y que Kuljasevic no ataca quizás adecuadamente. Y esto es precisamente el jugar torneos.
Cada partida de torneo representa finalmente la prueba de fuego para cada ajedrecista. Ahí es donde ponemos nuestro mayor esfuerzo, todo el empeño, pues tanto el rival como uno mismo, quieren ganar la partida (o al menos no perderla), y es por ello que al final de cada encuentro queda en la memoria la partida jugada, incluso después de muchos años de haberse jugado. El esfuerzo realizado en cada partida nos permite después analizar lo que hicimos bien y mal y entender en qué fallamos, en qué nos va bien, cómo analizamos, etcétera. Cada parrtida representa finalmente una oportunidad para mejorar.
Garry Kasparov, probablemente el mejor jugador de todos los tiempos, dijo alguna vez que después de cada partida que había jugado, la analizaba aunque la hubiese ganado. “Cada encuentro tiene errores” y es por eso que hay que hacer el análisis de lo que ocurrió en cada encuentro. Además, el propio Kasparov decía sentirse en la obligación de hacer esto pues sus rivales siempre andaban pisándole los talones y él estaba obligado a ir un paso adelante de ellos si quería seguir siendo el mejor del mundo.
Por ello, la idea de jugar partidas de torneo puede ser el mejor método de aprendizaje. Una manera de ponerlo en práctica es invitar a amigos y jugadores con los que uno tenga amistad, a jugar partidas de torneo, para así entrenarse. Para que ambos pongan su mejor esfuerzo se puede acordar un premio simbólico: una invitación a cenar, la compra de un libro de ajedrez por parte del perdedor, etcétera. Vamos, que haya un estímulo para que ambos tomen el entrenamiento en serio siempre ayuda.
Una vez jugada la partida, hay que analizarla. Primero es una buena idea que los jugadores expongan lo que vieron y más adelante se consulte al módulo de ajedrez de forma que les muestre los errores que nosotros los mortales muchas veces pasamos por alto pero que la máquina los revela de manera inmediata. Esto hará que el aprendizaje sea incluso mucho más certero.
Otra idea, la cual ya hemos indicado en esta columna antes, es usar la computadora y entrenarse jugando contra ella en partidas de tiempo limitadas. Eso es interesante siempre. En mi caso lo que hago es jugar con diferentes módulos (de diferente fuerza), de manera que me hago una especie de torneo como si jugase una partida por día. Al final de cuentas veo los resultados, lo que hice bien y lo que hice mal. Aquí no hay que poner en juego nada, sino que el estímulo de ganarle a la máquina debe ser suficiente para aplicarse frente al tablero. Cabe decir que si usa estos métodos u otros, lo que importa es que estudie ajedrez. Considere que al final en el estudio de los secretos del tablero, todo suma.